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Fin de Año y sus creencias con mis reflexiones

Faltan horas pa' las doce, el año va a terminar me voy corriendo a mi casa a besar a mi mamá; año nuevo, vida nueva, y que sea de felicidad... Canciones, letras, poemas y sentimientos que definen el término de un año y el comienzo de otro. Tenemos miles de años salvaguardando la sagrada tradición de celebrar el año nuevo y despedir al viejo. En nuestra cultura se cultivan varias creencias que se llevan a cabo en esta noche especial. Llevar una prenda amarilla (íntima) como augurio de alegría y buenas vibraciones, creencia que tiene su origen en China, Korea y Vietnam; cruzar la calle con una maleta, creencia que no tiene otro origen que no sea occidental nuestro, basado en misticismo y superstición, buscando que en el año nuevo se viaje más (como si no tuvieramos que trabajar para lograrlo); comer 12 uvas y pedir por cada una un deseo, creencia que viene de España del año 1909 apróximadamente y que nada tiene que ver con religión o misticismo. De hecho, y hago un paréntesis, la creencia de las uvas viene de un problema económico. Los vinicultores de la época tuvieron un excedente importante de uvas ese año en sus cultivos, por lo que tuvieron que crear una tradición que les llevara a vender las uvas extras que obtuvieron. ¡Qué inteligentes! Ellos ganaron y nosotros seguimos gastando en uvas. Se dice que el número 12 está relacionado con las 12 campanadas o los 12 meses del año, donde se debe pedir un deseo por mes. Sin embargo comerlas, pensar el deseo, asignarlo a cada mes y tragarlas, todo al mismo tiempo, es otra historia. Estamos llenos de mitos y creencias que nos gusta cultivar y no lo niego, hasta son divertidas. Ahora, ¿cuándo crearemos tradiciones más proactivas que cultiven nuestra consciencia ciudadana, promuevan nuestros valores y principios? Imagínate hacer una lista de 12 cosas o más, que harás para proteger el ambiente en el 2009. O tal vez donar todas las prendas amarillas a una casa hogar; que tal comenzar el año reciclando o separando al menos la basura para tal fín, o sembrar un árbol cada diciembre, ahorrar agua en casa cerrando el grifo al cepillarnos, colocar una botella de refresco de 2 litros llena de arena en el tanque del W.C. o poceta para ahorrar 2 litros de agua por tanque, es decir, son tantas las cosas que podemos hacer por nuestra vida, nuestro planeta o nuestra comunidad. Este momento de cierre de ciclos, de fin de año, es el momento perfecto para dejar atrás el pasado, es el momento para dejar atrás todas las tradiciones que no te gusten y comenzar unas nuevas, propias; renovarte, reinventarte, rejuvenecer el espíritu y creer que es posible comenzar de nuevo. Esta noche es el momento cumbre donde puedes cerrarle la puerta a la tristeza y abrir una nueva a la felicidad. Es el día donde podemos hacer contratos de cambio con nosotros mismos y nuestro entorno y comenzar un nuevo ciclo de vida, una nueva forma de existir, frescos, renovados y auténticos. Debemos agradecer a Julio César por crear el 1ero de enero, quien en su época fue ofrecido al Dios Jano, por lo que crean 2 meses nuevos, enero y febrero (el calendario romano era de Marzo a Diciembre, comenzando el nuevo año con la primavera y el renacer de la naturaleza). Al menos nosotros podemos ofrecer el 1er día del año a la resaca y una vez recuperados, al nuevo ciclo que apenas comienza. Disfruta de la manera que quieras, sepas o ames esta noche de despedidas y encuentros. Pero por sobretodas las cosas, agradezcamos a Dios en familia por habernos dado el año que termina y todas sus experiencias que nos han hecho crecer y por darnos un nuevo año para seguir creciendo y hacerlo mejor. A todos los que conozco y a los que no, ¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO 2009!!!