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¿Qué le pasa a nuestra sociedad?

Hoy me detuve un momento en una panadería. Mi intención era comprar pan, refresco y algo para "chuchear" luego de comer un rico almuerzo en casa de mi suegra. Llegando a la panadería, intentando estacionar mi carro en la acera, me encontré con una camioneta que no me permitió estacionar, retrocedía como si yo no existiera, al punto que tuve que moverme rápidamente para que no me chocara. Para mi sorpresa, de esa camioneta se bajó un señor de no menos de 50 años con actitud impositiva e irreverente. ¿Qué pasó con esos señores que debían ser nuestro ejemplo? Luego entro a la panadería y me encuentro a dos chicas detrás del mostrador, comiendo helado en paleta, con la boca embarrada a helado y una lentitud propia de quien no quiere hacer nada. Al solicitar mi pedido, lo atendieron, a su ritmo y sin soltar nunca el helado. ¿Qué pasó con la calidad en el servicio? Bueno, nunca existió en nuestra cultura. Para completar el cuadro de eventos insólitos pero cuasi normales en nuestra sociedad actual, al dirigirme a la caja a pagar por mis productos, observo como la cajera le vende una caja de cigarros a una niña que no tendría más de 14 años, aún y cuando la pegatina de "No se vende cigarro a menores de 18 años", estaba al otro lado del mostrador. ¿Qué pasó con nuestros valores y principios morales?
Al salir de esta panadería (Reda Building, 4 AVs. de Prebo), quedé pensando mucho sobre la decadencia de nuestra sociedad actual y lo poco que hacemos para rescatarla. ¿Qué le pasa a nuestra gente? No puedo entender en qué momento botamos al traste nuestra educación y principios. Pareciera que no importa nada ya que no habrá consecuencias para nadie. Lo peor es que cuando nos lleguen las consecuencias será demasiado tarde. En mi nuevo blog http://www.ciudadeducacion.blogspot.com/ intento hacer algo por mi sociedad, por esa sociedad que albergará a mi hijo cuando crezca, la misma sociedad que lo podría atropellar en la calle, venderle cigarros prohibidos por ley o simplemente maltratarlo en la escuela porque no le entienden. Me da miedo pensar que la sociedad no me ayudará a criar a mi hijo en un ambiente sano y seguro. Sé que irme no es la solución pero no niego que a veces me cruza por mi mente. Pero mientras vivo en la ciudad en la que crecí, la que me formó y la que le dió a mis padres la oportunidad de criarme dentro de un marco de valores saludables, voy a hacer mi esfuerzo por brindar una parte de "eso" que recibí llamado principios y buenas costumbres y devolverlo, a ver si mi hijo puede crecer en un lugar que merece la pena ser llamado ciudad. Por los momentos no veo más que un pueblo con forma de ciudad que actúa, piensa y siente como si fuera una tierra desolada, pobre y banal que tiene años sufriendo las calamidades del tiempo, las guerras y la escaces. No hablo de áfrica, ni de Haití, hablo de Valencia! Mi corazón siente el pesar de las pérdidas humanas y materiales sufridas en la terrible tragedia que azotó a Puerto Príncipe por el reciente terremoto. Pero más me duele vivir día tras día el terremoto contínuo que socava nuestros valores y principios como sociedad. Más me duele vivir entre la miseria de pensamiento y la mediocridad del corazón de muchos que no saben vivir en comunidad. Ver como a los niños se les maltrata, a los ancianos se les irrespeta, a las leyes les hacen caso omiso, a las familias las atropellan y lo que es peor, ver como somos parte de esa sociedad y nada hacemos para intentar cambiarla. Yo comienzo en mi casa pero estoy obligado a apoyar fuera de ella a cualquier proceso de cambio y evoluciòn. Desde mi blog, mi consultorio, mis cursos o conferencias, siempre hablaré de la importancia de una sociedad más sana, más culta, más agradable. Por ahora tendré cuidado de que no me atropellen en la calle, de que no me atiendan mal en mis compras, de que no me asalten en la vía, de que me dejen dormir los jóvenes y sus irresponsables padres y de que un día no me rapte un policía, un militar o un vecino. ¿Qué le ha pasado a nuestra sociedad? ¿Qué estamos dispuestos a hacer por ella? Sé que no son todos. Gracias a Dios conozco y estoy rodeado de gente valiosa. Pero aparentemente no somos mayoría ni somos suficientes. Entra a mi blog Ciudad Educación y deja tus ideas de lo que podemos hacer para frenar tanto desastre social y elevar nuestro nivel de vida, el cual comienza elevando nuestro nivel de consciencia y pensamiento!