¿Serías parte de un movimiento
cultural donde podamos conversar sin tabú sobre lo que sea? ¿Estarías
dispuesto/a a ser parte de una corriente que electrifique a nuestra sociedad
aunque fueras criticado/a por “moderno/a”? Imagina poder divertirte mientras
develamos los misterios del sexo masculino y femenino o escuchar una lectura de
poesía con un vino en la mano o aprender sobre las patologías del amor al ritmo
de un bolero o pintar un cuadro en grupo mientras exploras tu propio ser a
través del arte…
Llega un
momento en la historia de las sociedades donde los ciclos se han repetido tanto
que se agotan las sensaciones experimentadas de lo que en otrora fuera algo nuevo
o vanguardista. Ante la inercia o la rutina se activa siempre el hambre de
incidencia en el ser humano. La “incidencia” es la necesidad de que “algo
pase”, algo nuevo, diferente, un evento, momento, situación o persona que nos
haga sentir de nuevo “cosas”. Algunas personas lo definen como la necesidad de
sentirse vivos otra vez, siendo la alternativa que están muertos en vida.
Nuestra historia contemporánea nos ha llevado a vivir esa sensación “zombie”,
de automatización de la persona, los nuevos “humanoides”. Nada más peligroso
para la evolución que estancarse o entrar en letargo intelectual.
Underground
es un término inglés (subterráneo) y es usado para referirse a movimientos
contraculturales considerados como alternativos, paralelos, contrarios o ajenos
a la cultura representada como oficial o mainstream. Nuestra cultura principal
se ha convertido en algo difuso, con fallas en su operatividad pragmática,
valores escasos, desinformación, pérdida del límite entre lo que está bien y lo
que está mal. Crear una cultura “Underground”, una alternativa que represente
el saciar esa hambre de incidencia en las personas que andan en la búsqueda de
sentirse vivos sería una forma de inyectarle adrenalina a un corazón
bradicárdico, con muy lentos latidos. Nuestra realidad actual requiere de luz,
de información útil para la vida, de risas, excitación, emociones nuevas y
enérgicas que despierten a la gente de su letargo y así, tal vez y solo así,
dejemos de ser zombies para de nuevo latir a un ritmo compartido y accionarnos
frente a la inerme y rancia idea de una sociedad que ha quedado en el siglo XVIII
y le ha costado evolucionar con visión de futuro. El que aún nos asombre una
pareja gay, el que aún nos cueste hablar de sexo, de drogas, el que no sepamos
como ser asertivos y confrontar las situaciones en vez de descalificarlas y
tragarnos las emociones, el que no nos demos el permiso de bailar bajo la
lluvia, llevar el cabello verde, no temerle a los hijos, decir lo que se siente
y piensa sin agresión ni ansiedad, cantar, reír sin temor a ser burlado y dejar
de lado el miedo de existir a plenitud…. Mientras esto no ocurra necesitamos y
siempre requeriremos de un movimiento underground! No podemos temerle a la
exploración de nuestro lado oscuro. Hay que hacer con las cosas lo que la luz
hace con ellas, como dijo Gullevic. Se puede ser feliz aunque los demás no
estén de acuerdo con uno, dijo una vez Goethe. Podría continuar parafraseando a
muchos autores que durante siglos han dicho lo mismo, palabras más, palabras
menos: -merecemos VIVIR en vez de seguir sobreviviendo!
Todo es posible cuando entramos en un
estado “Underground”, todo se vale, no existe el juicio, todos somos aceptados
bajo la luz del respeto mutuo y el hambre de que algo pase….. siempre y cuando
todo lo que pase nos nutra, alimente y lleve a un nuevo nivel evolutivo!
Yo
quiero un movimiento cultural underground, yo quiero una nueva sociedad que sea
crecida, con autoestima, con visión clara de futuro, yo quiero ser parte de una
alternativa intelectual que disfrute escuchando a Tchaikovsky, bailando a Rubén
Blades, cantando con el Pollo Brito o conquistando un romance con un vals
venezolano mientras la poesía y Picasso bailan tambores en una playa de
Barlovento….y tu?