"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar “superado”. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."
Estas palabras de Einstein son muy claras y no entederlas es negarse a aceptar que la vida se basa en cambios constantes, es decir, crisis continuas desde las más leves y benignas hasta las más difíciles y malignas. Es importante entender que las crisis deben suceder para que se produzca otro paso en la evolución del ser humano o mejor dicho, para madurar. El proceso de crecimiento emocional se basa en diversas formas, representadas todas en momentos o escenarios puntuales en la vida del ser humano. Las crisis es una de esas formas. En crisis se crece. Los cambios bruscos en nuestra vida o proyecto de vida nos pone a prueba y de acuerdo a cómo enfrentamos la crisis y nos referimos a ella, definimos nuestra calidad humana. En las crisis y el cómo las superamos se forja nuestra resiliencia y madura nuestro sistema cerebral. Otras maneras de crecer es a través del desarrollo del conocimiento personal, conocernos a nosotros mismos, estudiar o desarrollar alguna habilidad para la vida y vivir eventos reveladores, sean positivos o negativos. Lo importante es prepararnos para afrontar las crisis cuando lleguen, porque créeme, van a llegar. En la época antigua los castillos eran construidos en tiempos de paz, tenían el tiempo de mover la piedra, elevar torres y forjar la tierra para lograr levantar castillos monumentales, todo con un sólo propósito: resguardarse en el y defenderse desde el en tiempos de conflicto o crisis. Debemos aprender de nuestra historia humana. Es tiempo de comenzar a prepararnos y construir nuestros castillos internos, fortalecer nuestra psique, nuestro sistema de defensa, desarrollar nuestra inteligencia emocional, para así, cuando la crisis toque a nuestra puerta, estemos preparados y aprovechemos el momento para crecer y luego de esos tiempos difíciles, salir fortalecidos, más maduros, es decir, evolucionados. No podremos evitar las crisis, siempre aparecerán en la vida del humano, de las socioedades y paises. Sólo podemos prepararnos y crecer con ellas. Si Einstein, premio Nobel de Física, era tan inteligente como para escribir lo que arriba menciona de las crisis, ¿por qué no creerle? Yo elijo creerle. Preparémonos, luego nos contamos cómo nos fue.
