Lista de páginas

El procesador de la felicidad

Hoy retomé mis clases de posgrado en la materia que imparto (Innovación y Creatividad) en la Universidad Tecnológica del Centro (UNITEC). Luego de que mi amiga Alejandra se encargara de las primeras cuatro clases mientras yo me formaba en Terapia Breve en Palo Alto, California, comencé hoy el semestre con el grupo nuevo de alumnos. Nuevos para mí. Me encantó conocer a un grupo tan despierto, crítico, participativo y con hambre de aprender más y más. En ellos ví reflejado la esperanza de un País que irremediablemente lo enviamos por el caño del inodoro. Sí. Lo enviamos. Ghandi decía que no debemos molestarnos con un Gobierno que no funcione si no con nosotros mismos que permitimos que fuera Gobierno. Este grupo me da esperanzas. Este grupo me oxigena. En esta primera clase conversamos un poco sobre lo que es creatividad e innovación hasta llegar a definir las conexiones neurofisiológicas que permiten que seamos o no creativos. Dibujamos el mapa que muestra las conexiones vitales de nuestra existencia y nos centramos en un tema extraordinario, la idea de ser feliz...

Exploramos el concepto de fracaso y entendimos que el fracaso como tal no existe. Sólo producimos resultados en la vida. Lo que hagamos con los resultados marcará la diferencia. Les explicaba que el cerebro vino con un procesador INTELigente cuya única misión es SER FELIZ. De acuerdo al libro de Nelson Torres, La Venganza del Inconsciente, si nosotros no nos dedicamos a cumplir con ese mandato de ser feliz, el procesador no puede funcionar por lo que programa su autodestrucción. Nelson no lo plantea tan así en su libro pero es mi visión de cómo entenderlo desde el lenguaje computacional. Este procesador, que está conectado con el resto del cerebro, entra en conflicto cuando no estamos dedicados a buscar el CÓMO ser felices y entonces decide plantearse una venganza. La Venganza del inconsciente. El procesador nos dice muy sutilmente: "si no eres feliz o te dedicas a ser feliz, TE MATO!". Así comenzamos a fumar, beber sin control, comer sin medidas, engancharnos en relaciones tormentosas, elegir trabajos que no me estimulen, etc. Lo peor de todo es que culpamos a los demás de todas nuestras desgracias simplemente porque no estamos conscientes de esta venganza interna que llevamos. Conversabamos en clase que ese procesador tiene su fuente de poder, que le da energía para activarse y poner a funcionar todos nuestros sistemas. Esta fuente de poder se llama CREATIVIDAD. En la medida que encuentro formas diferentes de sentirme mejor, en esa misma medida se activa con mayor poder el "chip" que todos traemos y nos lleva a estar bien con la vida. Obvio que no se trata de estar maníacamente felices las 24 horas del día porque eso no existe como algo natural. Sin embargo, entendiendo que la vida se resume a buenos y malos momentos, la intención es generar más buenos momentos que malos, acumulando así materia prima para ser felices con la vida que llevamos, sea cual fuere. El espacio que existe entre el éxito y el fracaso, el ser feliz o infelices, el pasado y el futuro, tiene un nombre: VIDA. La vida es lo que pasa cuando estás pendiente de vivirla.

El grupo participaba, yo me inspiraba y fluia con ganas de decirles más, de escucharles más, pero el tiempo que pasa inexhorablemente en nuestras vidas nos pidió detener la clase para volver a encontrarnos en quince días, por el receso de la Semana Mayor. Solo espero haber abierto una puerta en ellos que los lleve a mundos internos desconocidos y que la final del semestre no quieran cerrar esa puerta jamás!