Coaching Líquido® Por Juan Carlos Branger. MD. Coach Profesional. CEO de Branger Center. Centro Clínico de salud mental y medicina
del estrés.
06/05/2023
Existe una
transición cada vez más palpable de la modernidad a la postmodernidad. Bauman,
Z., sociólogo y filósofo contemporáneo ha denominado a estos fenómenos
evolutivos como “modernidad sólida” y “modernidad líquida”.
La
modernidad sólida o sociedad sólida se ha caracterizado por la
estabilidad y la certidumbre, el poder totalitario, decisiones centralizadas,
la constante preocupación por el orden establecido, las divisiones en el
trabajo, los valores inamovibles, la poca confianza en la tecnología como
reemplazo de sistemas de supervisión y ejecución, el diseño temprano del estilo
de vida. En la sociedad sólida lo normal era estudiar, entrar a una empresa
para trabajar en ella hasta la jubilación, realizar las cosas de un mismo modo
sin permitir ideas “nuevas” o “disruptivas” o resistirse a ellas, ya que pueden
ser amenazante para el status quo instaurado. En cada época, sin
embargo, resaltaban aquellas personas disruptivas que cambiaban el rumbo de las
cosas, muchas veces reconocidos luego en el futuro como referentes de la construcción
de la modernidad, incluso como puentes de transición a la postmodernidad. En
esa modernidad, la solidez se evidenciaba en la manera lineal de pensar. Los
hijos de muchos empleados o dueños de empresas tenían el derecho a ocupar el
puesto o cargo que dejaban sus padres, debían cumplir un horario y planificaciones
rígidas que si no se cumplían podía generar rechazo o molestias en los superiores,
siguiendo esa línea laboral con escasas posibilidades de ascenso y con una
durabilidad de 25 a 30 años aproximadamente. De esta manera, éstos ya sabían el
cargo u oficio que tendrían durante las próximas décadas. Todo este
“sacrificio” (como algunos lo han llamado) es para lograr la jubilación y
aprovechar el tiempo para hacer cosas que, nunca tuvieron el tiempo de hacer,
como viajar, vacacionar, compartir con la familia, entre otras.
La vida del trabajador en la sociedad sólida era bastante rígida. La monotonía en sus actividades
diarias eran heredadas por sus descendientes, dejando como patrimonio el mismo
empleo, el mismo hogar, creencias, tradiciones, ideologías, objetivos y un
sinfín de aspectos que conjuntamente formaban un patrón y una estructura
definida a largo plazo. Un ejemplo de esa época es la conducta orientada a la
adquisición de productos que se usarían durante toda su vida útil
(refrigeradores, televisores, teléfonos), solo por cubrir una necesidad o
función indispensable en el hogar o trabajo y que, solo se reemplazaría en el
caso de su descomposición por años de uso. En esa época los productos eran
diseñados y fabricados para funcionar de manera duradera, casi infinita. Actualmente, fusionar algunas de
estas prácticas, que dan orden y estructura, con las características de las prácticas
de la sociedad postmoderna es un ideal que aún estamos trabajando para alcanzar.
Por supuesto, solo si nos hacemos conscientes de la necesidad de esta fusión. Es
importante destacar que gracias a la sociedad sólida se lograron grandes
desarrollos, construcciones, levantamientos de empresas, valga decir, sólidas;
logros que hoy perduran y le dan estructura y cimientos a la nueva sociedad, la
cual puede pararse sobre éstos y lograr despegar desde la tierra a las
estrellas. Bueno, ya lo hemos logrado. Ahora queremos fluir más allá de nuestro
sistema solar. Tal vez estamos fluyendo demasiado.
En estos
momentos estamos en presencia de una postmodernidad o sociedad líquida. ¿De qué
se trata esto? Como señala Bauman en su libro Tiempos Líquidos: vivir una
época de incertidumbre, la sociedad vive ahora sin moldes, vivimos
adaptándonos constantemente a las necesidades de la modernidad actual, teniendo
como valor inamovible la
incertidumbre. Para muchas personas esto puede semejarse a vivir en
el agua la cual se adapta a la forma del recipiente en que se encuentra o la
contiene, o fluye en direcciones no definidas o en causes establecidos en el
camino o creados según avanza. Algunas características de quienes pertenecen a
la sociedad líquida se evidencian en los egresados de universidades quienes
buscan hacer emprendimientos con la idea de generar un ingreso por encima del
sueldo mínimo. Muchos trabajan en empresas de manera temporal, “estoy aquí
mientras encuentro otra cosa que me guste”. El autoempleo se ha convertido
en el método más rentable y, la tecnología y su avance constante ofrece fuentes
de ingresos con un modus operandi volátil. Actualmente se compran experiencias.
La experiencia de obtener la sofisticación continua de los productos es lo que
predomina. En muchas sociedades es común observar cómo existen personas
gastando más de lo que ganan, generando deudas innecesarias para cubrir las
ganas desmedidas de innovar su estilo de vida de manera constante, lo que lleva
al individuo a trabajar solo para solventar lo único que le pertenecerá por
mucho tiempo, la “eterna” deuda.
(Aníbal Jiménez, 2021, en www.100articulos.com).
Cabe destacar que la postmodernidad
ha permitido y seguirá permitiendo el desarrollo de la tecnología, la
cibernética, el lenguaje, la globalización, la interconexión, la nueva conceptualización
del manejo del tiempo, en resumen, la evolución de la humanidad que exige el
desarrollo de mayor capacidad de adaptación y aprovechamiento de estos avances para
perpetuar en el tiempo lo que la sociedad sólida construyó como base y punto de
partida a nuevas experiencias de desarrollo humano.
Respecto a
comprar experiencias, de eso se trata la nueva era del mercadeo, generar sensaciones,
emociones, experiencias orientadas al desarrollo de la fidelidad a una marca.
En esta era líquida se han desarrollado métodos y estrategias poderosas
orientadas al establecimiento de sistemas organizados de gestión empresarial
que permitan el logro de los objetivos en menos tiempo y con mayor eficiencia. Por
ejemplo, el Business
Model Canvas, el Business Model You, el Map Journey del cliente, el
NeuroMarketing, Coaching Líquido para sociedades líquidas (todas estrategias de
hace años ya) entre otras; si ninguna o pocas de estas estrategias las conoces,
entonces perteneces a la sociedad sólida o te encuentras en una transición en la
que aún estás por descubrir las bondades de liquidificarse.
Todo lo dicho anteriormente nos lleva
a entender la importancia de conocer la forma en que cada individuo, de acuerdo
a la sociedad en la que ha vivido, se mantiene, transita o nace, se comporta,
piensa o siente, lo que obliga a desarrollar formas de atención a sus
necesidades y procesos de adaptación.
En el artículo
escrito por Aníbal Jiménez para 100artículos.com, el cual he parafraseado en
diferentes oportunidades, se evidencia la manera en que los representantes de
diferentes generaciones perciben a la modernidad y postmodernidad. Cito
textualmente: “Al escuchar las expresiones de desaprobación por parte de
representantes de generaciones pasadas, noté que la postmodernidad había
rebasado drásticamente su perspectiva de vida, no la comprendían ni tampoco la
aceptaban y veían a las nuevas generaciones como una especie en decadencia, por
el contrario; los nativos digitales ven con desagrado la solidez de la
modernidad del ayer y agradecen pertenecer a esta era de innovación y
digitalización; mientras los adultos jóvenes viven con miedo por la
incertidumbre que los invade al no saber el estilo de vida que les ofrecerá el
futuro”.
En
la transición que vivimos de eras o sociedades he podido evidenciar, en mis 21
años de experiencia profesional, tanto como Médico Psicoterapeuta como Coach
Profesional, el reto que representa la adaptación de un tipo de sociedad a
otra. Los representantes de la sociedad sólida podrían sufrir mucho si insisten
en imponer su forma de percibir la vida a las generaciones más jóvenes. Los que
representan a la sociedad líquida podrían vivir resistiéndose a la idea sólida
y comportándose como eternos rebeldes de los sistemas instaurados como únicos
válidos para el funcionamiento de las cosas. Aquellos en transición podrían
sentirse confundidos y en una búsqueda continua de aprobación o pertenencia.
Los nativos digitales están viviendo un nuevo mundo y se están adueñando de
él. Como bien decimos en lenguaje venezolano: “o corres o te encaramas”.
El
absolutismo de la sociedad sólida pone en peligro la necesidad de la evolución
humana, buscando, sin saber, asesinar la creatividad y las ideas
disruptivas que son el origen de las nuevas formas de hacer las cosas. “Esto se
hace así y punto”. No existe un “absoluto” en la naturaleza humana. Todo es
relativo. La mayor demostración de inteligencia es la capacidad de adaptación
del ser humano. Los que estamos presenciando la transición de lo sólido a lo
líquido somos responsables de flexibilizar el pensamiento y crear un sistema de
traducción entre la modernidad y la postmodernidad. Como ya he mencionado, las
características conductuales, de pensamiento, emocionales y percepciones son
muy distintas y requieren un abordaje particular para lograr ensamblar los
mecanismos necesarios para los cambios que exige el nuevo mundo ya que,
queramos o no, está sucediendo y seguirá sucediendo por décadas.
En
el área educativa, por ejemplo, Google cambió la manera de aprender. Ahora el
conocimiento es ubicuo, inmediato, disponible y diseñado para aprendizajes
específicos a corto plazo. Las carreras largas van en tendencia a desaparecer y
la memoria de trabajo se puede ver comprometida al no necesitar memorizar tanta
data ya que, la internet, el teléfono celular u otros dispositivos, la
almacenan por nosotros.
“Necesitamos dejar
de pensarnos en términos sólidos porque nos interesa vernos y sentirnos
miembros de un mundo que, a nivel antropológico y político, sea acogedor, un
mundo capaz de proteger nuestra humanidad compartida y nuestra diversidad
incategorizable. La premisa de este mundo debe ser que nada ocurre por
necesidad: se debe pasar de “las cosas son así” a “las cosas están así,
pero pueden estar de otra manera”. (López, Sheila. 2022, en www.ui1.es).
En
los años de ejercicio profesional, observando y siendo protagonista de este
proceso, me he dedicado a diseñar puentes entre ambas sociedades que permitan que
los procesos evolutivos fluyan sin tanta resistencia ni malestar. El abordaje a
pacientes y clientes ha ido mutando a una nueva visión del individuo y su
existencia en la sociedad actual, su origen y destino. No piensan iguales, no
sienten iguales, aunque sean de la misma especie, su conexión con el mundo es
distinta y hasta incompatible a veces, lo que genera juicios, separaciones, conflictos
y hasta divisiones en “bandos”. A esto se ha unido la importancia de aprender a vivir en el espacio “caórdico”, que es el
espacio entre el caos y el orden, pero para lograr vivir en ese espacio es
necesario desarrollar, en los adultos, lo que hoy conocemos como inteligencia
líquida o fluida. La sociedad líquida, nos guste o no, llegó para quedarse. La misma presenta fallas
importantes que, de no desarrollar otras formas, nos está llevando a presenciar
como el tejido social se está deshilachando. Aquí entra lo vital que es
comprender y usar los tipos de inteligencia que nos pueden ayudar a mejorar el
rumbo que la sociedad actual tiene.
La
inteligencia como capacidad mental se ha estudiado largamente por muchos años,
existiendo diferentes teorías, apareciendo diversos modelos que intentan
explicarla. Raymond Cattell, psicólogo británico, fue el primero en describir
una teoría que describe la existencia de una inteligencia fluida o líquida y
una cristalizada.
La inteligencia fluida o líquida se
refiere a la capacidad de resolver problemas nuevos sin ningún conocimiento previo.
Es la capacidad de analizar nuevas tareas, razonamiento lógico, identificar,
relacionar, resolver y extrapolar conceptos. Esta inteligencia está influida
por el proceso madurativo, se deteriora con la edad, a partir de los 20 años,
ya que está determinada genéticamente. Esto es importante de entender en el
ámbito científico, mate
mático, y de resolución de
problemas técnicos. En el razonamiento
fluido están incluidos los razonamientos inductivo y deductivo. Es decir,
adelantarme a las situaciones y deducir su comportamiento rápidamente para la resolución
de problemas en menos tiempo. En este punto la Terapia Breve es protagonista y
se encuentra en el punto medio de ambas sociedades, gracias a sus
investigaciones y avances que desde las conferencias Macy se han venido dando,
pasando por el equipo de Gregory Bateson en Palo Alto, hasta la expansión del
modelo a nivel mundial por su eficacia y precisión. Aquí es donde la psicología
y la sociología se encuentran en diferentes profundidades y corrientes
académicas en este nuevo mundo fluido. Al final, son diferentes especialidades
y protagonistas que componen el modelo Breve dándonos estrategias para la
resolución de problemas, pero en especial, cambiar las soluciones intentadas
fracasadas, que, en muchos casos, son los puntos de bloqueo para el cambio de
los pacientes /clientes.
La inteligencia cristalizada se refiere a la
amplitud y a la profundidad de los conocimientos adquiridos de una persona. Es
decir, es la aptitud para usar métodos de resolución de problemas, previamente
adquiridos y a menudo, culturalmente definidos. Estos conocimientos son
principalmente verbales, basados en el lenguaje. Este tipo de inteligencia se adquiere a través de la educación y las experiencias
vividas. La inteligencia cristalizada se mantiene más o menos
estable hasta los 40 años donde puede incrementar o no, dependiendo de los
conocimientos adquiridos a lo largo de los años de cada persona. Es aquí donde
se sustenta la base de la práctica terapéutica, el coaching o métodos de
intervención a personas la cual es realizada por adultos, indexada a la edad y
estudios adquiridos.
En la actualidad sabemos que ambas inteligencias están
relacionadas. Son distintos aspectos de la inteligencia. Gracias a las
neurociencias, a través de los años he podido entender la importancia que tiene
el mantenimiento y desarrollo de la inteligencia fluida en los adultos, como
facilitación del proceso de adaptación a la postmodernidad. El Coeficiente Intelectual como factor para
medir la inteligencia ya no representa del todo el nivel mayor o menor de la
misma, necesitando establecer el añadir otras pruebas que nos acerquen más a la
identificación de capacidades relacionadas con dicha inteligencia.
Las personas con inteligencia líquida tienden
a adquirir conocimientos más rápido, lo que conlleva a la capacidad de
resolver
problemas a una tasa acelerada. Las dos inteligencias aumentan con la edad,
pero a partir de la juventud sus procesos de desarrollo se diferencian. La
inteligencia fluida disminuye con los años mientras que la inteligencia cristalizada
aumenta. Esto puede explicar que el rendimiento es inferior en la gente mayor
que en jóvenes. Por último, hoy día sabemos que la inteligencia fluida se
mantiene estable a lo largo de la vida y la cristalizada aumenta. Todo esto
genera el fundamento del método que he desarrollado de intervención basado en
Coaching, lo que he denominado Coaching Líquido. Sin embargo, no soy amigo de
las etiquetas, aunque esta sociedad fluida las ha estado utilizando para
dividir aún más la condición global de ser humanos; y como necesitamos usar
palabras para poder identificar conceptos de manera más fácil, pues, el
Coaching que hoy practico lo he llamado líquido. Tal vez la psicoterapia que
también ejerzo (con su base en la Terapia Breve Sistémica) debería ser
identificada como modelo fluido de intervención psicológica. No lo sé. Lo único
de lo que estoy claro es que necesitamos abrir nuestra mente y permitir
inundarnos con ideas nuevas y aplicables para ser parte de la solución y no del
problema. Creo que la interacción entre diferentes modelos o teorías nos
permiten el continuo avance en el conocimiento del pensamiento humano y por
ende sus conductas, sus expresiones emocionales, la forma de percibir su
realidad. Creo en la simbiosis como característica de las interacciones
humanas, porque todos necesitamos de todos. Observar los puntos de encuentro entre
las diferentes corrientes del pensamiento, teorías, modelos y formas de abordaje
de la experiencia humana es fascinante. Es sentir que el conocimiento no solo
lo lees, sino que te atraviesa, como los datos que vuelan desde la antena, el
router o dispositivo wifi, bluetooth o inalámbrico, hasta el equipo tecnológico
que tienes en tus manos. Así viajan los datos de un cerebro a otro.
La
sociedad sólida basó su acción y desarrollo en la inteligencia cristalizada. La
creatividad, el juego, “hacer el ridículo”, ser “muy diferente” generó la disminución
de la inteligencia líquida, comenzando su deterioro a partir de los 20 años
como se ha establecido. En la actual sociedad líquida necesitamos recuperar,
desarrollar y practicar la inteligencia fluida. En la transición que muchos
sienten que viven, la velocidad de adaptación a las nuevas tecnologías, las
nuevas formas de hacer las cosas, nuestras relaciones con hijos (nativos
líquidos), con los padres (nativos sólidos), las estrategias gerenciales de una
época sólida y las actuales, la comunicación con las diferentes generaciones,
todo esto y más, dependerá del desarrollo de la inteligencia líquida. Sí, de
tanto mencionar la palabra líquida debes tener tu cerebro inundado, pero
descuida, podemos aprender a entender los sonidos del nuevo y vasto mar donde
ahora existimos. Ya sabemos que la inteligencia fluida puede desarrollarse
o recuperarse en la edad adulta. Gracias a programas que entrenan
cognitivamente los distintos dominios de la inteligencia (tanto en personas
sanas como personas con deterioro cognitivo) podemos mejorar la memoria,
funciones ejecutivas, generar mayor rapidez de procesamiento, la atención, por
supuesto, la inteligencia fluida, y la capacidad de autoevaluar el propio
desempeño del pensamiento. Todo esto conlleva a afirmar que es posible mejorar
y/o rescatar a la inteligencia líquida, gracias al entrenamiento de determinados
procesos cerebrales que forman parte de su propio control ejecutivo.
Durante
el tiempo que he estado desarrollando el modelo de Coaching Líquido han surgido
interrogantes como ¿podrían algunas patologías psicológicas ser resultado de la
resistencia al nuevo modelo social? ¿Podríamos explicar los co
nflictos
familiares desde la dificultad de entender a nuestros hijos digitales desde nuestro
cerebro analógico? ¿El fracaso de formas
de hacer política, la escalada de conflictos bélicos o la continua lejanía de algunos
lideres de sus “ex” seguidores podría obedecer al cambio del modelo verbal con
el cual se comunicaba en una sociedad y la forma actual de comunicarnos? ¿Cómo
será el desarrollo de la “novo” postmodernidad que será creada por toda una generación
que está naciendo en la vitrina de las redes sociales? ¿Cómo moldeará la
inteligencia artificial a la actual sociedad en camino a lo que llamo la novo
postmodernidad? ¿De qué forma está influyendo la tecnología, incluso, los
objetivos de colonizar otros planetas o lunas en el proceso de transición de la
sociedad moderna a la postmoderna? Son muchas más preguntas que siguen
surgiendo en la medida que trabajo en intervenciones humanas desde el Coaching
o la Psicoterapia, abriéndose frente a mi un fascinante mundo que merece mayor investigación
e inmersión con el fin de conocer los misterios que yacen en el fondo de un mar
que se expande a ritmo de vértigo.
“La “crisis” se produce cuando ese estado normal,
usual y familiar se derrumba, las cosas se salen de su lugar, aparece la
arbitrariedad donde debería reinar la regularidad (…). En otras palabras,
llamamos “crisis” a una situación en la que los acontecimientos desbaratan lo
que considerábamos normal, y las acciones rutinarias ya no producen los
resultados que solían producir” (Bauman, 2015:150).
Si
podemos prolongar la inteligencia compatible con la postmodernidad,
desarrollarla y/o recuperarla, entonces podemos imaginar la potencia y el
impacto que podríamos generar en las personas y la sociedad actual. El futuro
de los programas de entrenamiento, las estrategias de intervención terapéutica,
los modelos de consultoría organizacional, la atención de necesidades de evolución
o progreso de los individuos y/o empresas, las conexiones humanas y las formas
de comunicarnos, el rumbo del desarrollo tecnológico, médico, profesional en
general, se resumen a lo que he denominado Coaching Líquido. Aprender el modelo
es posible, ejecutarlo es el futuro y el futuro es hoy.
Todo
lo que aquí he escrito ya existe, ya se ha analizado, ya se ha conectado, son
datos que están en el aire. Nada es nuevo, todo ha sido creado, solo que tal
vez, no todos los ingredientes se han mezclado, total, entre gustos y colores…
Según la epistemología de la vida, todo lo que estoy diciendo y haciendo,
pudiera ser mentira dentro de 100 años. Mientras, hoy, me lo disfruto.
@jcbranger @brangercenter
Referencias
Bibliográficas
·
Modernidad sólida Vs. Modernidad líquida.
Jiménez, A. 2021. para www.100articulos.com
·
https://100articulos.com/modernidad-solida-vs-modernidad-liquida/
· https://stimuluspro.com/
· https://stimuluspro.com/blog/que-es-la-inteligencia-fluida-y-como-mejorarla/
· Definición de inteligencias fluida y cristalizada – Wikipedia.
· Definición de
inteligencia – Wikipedia.
· La tarea
N-Back – Blog Stimulus
· Intervenciones cognitivas (parte I) – Blog Stimulus
· Working Memory Capacity and Fluid Intelligence Are Strongly Related
Constructs: Comment on Ackerman, Beier, and Boyle (2005).
· Cognitive
interventions in healthy older adults and people with mild cognitive
impairment: a systematic review. - Reijnders J, van Heugten C, van Boxtel M,
2013
· https://es.wikipedia.org/wiki/Inteligencias_fluida_y_cristalizada
· Schroeders. Ulrich, Schipolowski.
Stefan, Zettler. Ingo, Golle Jessika, y Wilhelm. Oliver. (2016). ¿Do the smart
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· María Peña del Agua, A. (2004). Las
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· ¿Qué es una sociedad sólida y una
sociedad líquida, según Bauman? Sheila López. www.ui1.es
· https://www.ui1.es/blog-ui1/que-es-una-sociedad-solida-y-una-sociedad-liquida-segun-bauman