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2012 formas de decir las cosas

El problema no es lo que te digo si no el "como" te lo digo. Esa es la diferencia entre crear o destruir relaciones humanas. Esta es una frase que siempre he utilizado al hablar de comunicación asertiva en mis cursos, ya sean de oratoria, trabajo en equipo o calidad en el servicio. 

Hoy termina un año, el 2012 de la era D.C. Recién terminó una era, según los Mayas. Todo termina y cuando eso pasa es porque todo comienza de nuevo. Por la hora en que escribo ya es 2013 en algunos países  pero acá, en Venezuela, faltan unas horas para cerrar el capítulo. Mi artículo quiero hacerlo corto pero lo más claro posible. La comunicación lo es todo! Cuándo fue la última vez que dijeron "te quiero" a alguien? o "estoy orgulloso de ti"? En nuestra cultura latina generalmente esperamos una fecha importante como el cumpleaños o el fin de año para decir estas cosas a nuestros seres queridos y pasamos con nuestro afecto meses en stand by. 

No hay momentos especiales para decir palabras especiales. Hemos aprendido que es más fácil insultar que reconocer, gritar que susurrar, maltratar que acariciar. La rabia es la emoción que más fácil tenemos a mano porque nos gestamos en ella basados en la creencia de que la vida es una lucha continua y así lo  expresa nuestra forma de comunicarnos. 

En noches como la de fin de año lloramos, recordamos, abrazamos, perdonamos y pedimos perdón como una forma de reivindicación para exonerarnos de las penas y comencemos un nuevo ciclo, año, era libre de culpas, frescos para de nuevo volver a cometer los mismos errores. De esta manera la maleta no pesa tanto.

La idea es simple. Decir las cosas a tiempo y de manera asertiva, diferente. El mensaje llega si te lo crees y eres claro al hablar. Ser asertivo es decir lo que piensas o sientes sin agresión y sin ansiedad. Mucho se ha dicho sobre la comunicación, sobre la manera de decirnos las cosas y poco hemos hecho para generar hábitos más saludables al expresarnos con otras personas. Nos molestamos y nos tragamos la rabia para vomitarla luego con quien menos tiene vela en ese entierro. Gritamos cosas que no queríamos decir pero las decimos igualmente. Reforzamos negativamente conductas a través de la palabra y hasta reímos de lo mal hablado de un familiar. 

En este nuevo año mi deseo es sencillo. Simple. Que logremos cambiar la forma de comunicarnos, de decirnos las cosas. Que logremos entendernos mejor y aprendamos la importancia de decir las cosas a tiempo y de manera correcta, sin tanto drama, sin tanto conflicto, solo expresarnos y dejar que las palabras hagan lo suyo. El poder de la palabra es indiscutible. Podemos mover emociones, mover voluntades, hasta mover masas. Si las palabras no vienen a nosotros, entonces vayamos a su encuentro. Vamos a leer, vamos a conversar, vamos a practicar y obtener un resultado diferente haciendo cosas diferentes. Lo único que nos define como humanos es nuestra capacidad de entender, razonar y transferir códigos. La interpretación, la percepción, depende mucho de la claridad de esos códigos. No tenemos que ser muy letrados para saber que la manera en la que hablamos puede definir una acción, una negociación, una declaración de amor. 

Nuestra vida sería más fácil y feliz si nos dedicamos a elegir la forma más adecuada para comunicarnos de acuerdo a la persona, el momento, el lugar y la situación de vida en la que estamos. Hay 2012 formas de decir las cosas, ¿cuál elegirás esta noche? 

Que el nuevo año esté lleno de oportunidades para decir lo que sientes en el momento correcto, con las palabras correctas, durante el tiempo correcto a la persona correcta. Gracias Aristóteles.