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La Bioética Hoy.

El término Bioética fue utilizado por primera vez por el bioquímico Van Rensselaer Potter, profesor emérito de oncología en la Universidad de Wisconsin (USA), en el prefacio de su libro (publicado a inicios de 1971), Bioethics: “Bridge to the future.”
La Bioética pretende así “tender un puente”, como bien lo dice el Dr. Potter, al unir el vocablo: Bios para representar el conocimiento biológico con ética para representar los valores humanos.
Varios de los temas que hoy día busca afrontar la bioética son: la energía atómica, la fertilización in vitro, alta tecnología médica en las Salas de Cuidados Intensivos, el genoma humano, la clonación, entre otros. Por esto y mucho más surge la necesidad, inevitable, de analizar en su justa y real dimensión, los beneficios de la aplicación de tal tecnología, la necesidad de “humanizar” el desarrollo tecnológico. Como bien lo expresa el Dr. Diego Gracia en el prólogo de su libro Fundamentos de Bioética:
“La ciencia es hoy, a la vez la gran amenaza y la gran esperanza de la vida humana”.
La Bioética no busca definir nuevos términos ni crear nuevos conceptos. La Bioética busca establecer un método de estudio eficiente y práctico que permita detectar y analizar cada una de estas situaciones con la finalidad de llegar a conclusiones que se adapten al momento y las circunstancias históricas, siempre teniendo como meta el respeto a la dignidad de la vida.
Como características básicas, la Bioética, es aconfesional al no identificarse con ningún credo en particular y por el contrario está a la discusión de las diferentes corrientes del pensamiento. Es multidisciplinaria, dado que la complejidad de los temas que trata requiere del concurso de diferentes profesionales.
Si bien es cierto que la bioética desde sus inicios ha estado enfocada al estudio integral de todos los aspectos que afectan la vida humana, en la práctica, su mayor desarrollo ha ocurrido en el campo de la biomedicina. El médico de hoy se ve rodeado de importantes dilemas para los cuales no está preparado. En su formación tradicional, el médico en líneas generales, se limitó a la asistencia del enfermo y a la investigación. El médico dentro de su concepción tradicional y una férrea concepción de preservar la vida indudablemente se confunde. El desarrollo tecnológico de nuestra época poco a poco comienza a darle al médico un poder casi ilimitado. El problema sin embargo no queda ahí. En nuestra época, el paciente no acepta someterse a procedimientos terapéuticos o diagnósticos sin su consentimiento. El médico debe explicarle claramente que pretende hacer y aceptar la decisión final del paciente. Esto genera un nuevo conflicto.
Más recientemente surge además un reto que hasta el presente ha sido insalvable, el alto costo de la medicina moderna. Como bien lo deja ver en su texto el Dr. Diego Gracia, el médico de hoy asiste a la conjunción de tres grandes tradiciones, que por primera vez chocan generando importantes problemas: la tradición médica hipocrática paternalista, la tradición jurídica y la tradición política. Es aquí donde aparece la Bioética, haciendo un llamado a la reflexión y ofreciendo una metodología de estudio. No ofreciendo soluciones infalibles, tan solo ofreciendo un método que permita considerar la mayoría de las posibilidades dentro de un contexto histórico y humano que nos permita buscar soluciones que se aproximen lo más posible al objetivo más elevado, el respeto a la vida.

En Bioética, se ha descrito diferentes métodos de trabajo. El más utilizado en la práctica es el método Principialista basado en cuatro principios propuestos por Tom Beauchamp y James Childress en su libro: Principles of Biomedical Ethics, publicado en 1979. Estos autores proponen 4 principios para el análisis de los problemas éticos en el campo de la biomedicina: Beneficencia, No maleficencia, Autonomía y Justicia.
La beneficencia considerada como la obligación de hacer el bien, la No maleficencia establece la obligación de no hacer el mal, la Autonomía establece el respeto a la libertad del paciente y finalmente la Justicia establece la búsqueda de políticas sanitarias justas que garanticen una adecuada atención médica a la mayoría.
Dada la complejidad de los problemas que la Bioética debe afrontar, es necesario que las personas que se dediquen a esta disciplina tengan una sólida formación académica. Se requiere un profundo conocimiento de la historia, de la filosofía y de la ética que permita al Bioeticista tener los elementos requeridos para analizar las diferentes situaciones que se le plantean. Problemas tan complejos no deben ser analizados, como tristemente pasa, en base a la experiencia personal o mediante la aplicación de códigos o dogmas pre establecidos. Se requiere de una visión muy amplia y una formación muy sólida.
Este es, tal vez, uno de los problemas más importantes que la Bioética debe afrontar a corto plazo. Hay la tendencia a la improvisación, a pensar que con nuestra opinión y una mínima formación obtenida de la lectura de algunos libros de la materia, en forma autodidacta, podemos enfrentar el análisis de tan graves problemas. No existe, especialmente en Latinoamérica una estructura docente sólida. Es necesario crear los mecanismos para formar un cuerpo de expertos, una masa crítica de docentes que permita multiplicar, a corto plazo, los conocimientos de la materia, a través de una programación académica adecuada.
No se puede entender la relación médico – paciente de hoy, en su conflicto entre el paternalismo tradicional y la autonomía actual, sin conocer a fondo las raíces históricas de la medicina hipocrática y el desarrollo de los movimientos liberales.
No se puede entender los conceptos de justicia y equidad en la concepción de un sistema justo de salud, si no se conoce la evolución histórica y las implicaciones éticas que estos conceptos han tenido desde la Grecia antigua hasta las propuestas de John Rowls.
No hay dudas que la Bioética constituye un gran reto, cuyo éxito, debe sentar las bases para que las próximas generaciones cuenten con las herramientas necesarias para poder resolver los problemas éticos que plantea el vertiginoso desarrollo tecnológico. Es uno de los grandes retos de nuestra era.

Fuente: EMPAIRE, G. DR. GEN. Revista de la Sociedad Venezolana de Gastroenterología. Vol. 51. No. 1. Enero – Marzo. 1997. pp 42. ¿Qué es Bioética? Caracas – Vzla.