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Recuento de Celebración (18/12/2001, Graduación de Médico)

Crear memoria en el tiempo me lleva a tener acceso
a momentos tan hermosos tan grandes y tan pequeños.

Crecía tal cual como un cedro sembrado de amor y rosas
sin saber que en este día a ustedes les regalaría prosas.

Sin saber como sería comenzó lento el colegio
entre risas, amigos y familia, se fueron creando conceptos.

Firmeza ante la tempestad eso me lo dio mi abuelo.
Humildad ante lo grande regalado por mi padre.
Arte, amor y consuelo heredado de mamá,
verdad y cariño cierto donado por la mayor,
mi hermana, amiga y seño, de sus ojos: resplandor.

De mi abuela lo mejor, fue el silencio con amor
que me dejó como herencia la hermosa complacencia
de la familia que tengo hoy.

De mis tíos la alegría, el cantar y el vacilar,
de mis padrinos el creer que la vida es merecida
y el éxito también.
De mis primos la esperanza de una Venezuela mejor,
el compartir de añoranzas, tiempos que Bejuma nos dejó.
Las locuras y los cuentos, los disfraces y el cantar
regalados sólo por ellos y por ellos mi bailar.

Mis amigos, mis amigas, Maestros de toda mi vida,
aquellos que desde pequeños llorábamos en el colegio
Esperando la salida. Aquellos que hoy compartieron alegrías,
sueños, vivencias y tremendas experiencias.
Los que hoy con orgullo llamo en alto “mis colegas”.

De mi novia la armonía, la paz y la calma plena,
en un mundo tan agitado logré mucho yo por ella.

A mis maestros de profesión, los que dieron el corazón
por formarme plenamente, de la fibra hasta la mente
les doy gracias justo hoy que he logrado con orgullo
cumplir con este título que hoy hago todo suyos!

Sigo recorriendo el tiempo y los recuerdos vuelan por mi vida,
como guardianes de un futuro que hoy entrego en alma viva
a mi Dios, mis ángeles, los guardianes del tiempo
por creer en este siervo, justo humilde servidor.


Logré llegar al comienzo, el final no se distingue,
pero les aseguro que con verdadero acierto
logré una meta, un sueño y en ningún momento
por más oscuro que fuera, sentí soledad alguna
ni repudio ni quimera, porque el llegar a encontrarme
de frente con tan grandioso destino no lo hice solamente
por estudio y sacrificio; Caminar por los caminos
del ensayo y el error fue parte de un proceso
Que Dios me lo permitió.

Y hoy con el pecho grande, lleno, lleno de emoción,
les digo Gracias a todos porque sólo no llegó
a mis manos temblorosas un martes de celebración
el título tan preciado de médico o mejor dicho...
Doctor!